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Talavera de la Reina acoge la muestra de Nené Rodríguez, “La casa, la liebre y la niña”, una exposición que explora la casa como refugio y jaula

  • Foto del escritor: Alumbra Rural
    Alumbra Rural
  • 16 jun
  • 2 Min. de lectura

Con una mirada cargada de memoria y simbolismo, Nené Rodríguez regresa a su ciudad natal para presentar La casa, la liebre y la niña, una exposición que verá la luz el próximo 5 de julio en la Galería Estudio Gabriel Sosa, en el marco del ciclo de exhibiciones del programa Alumbra Rural. Comisariada por Rafael Jiménez Reyes, la muestra se adentra en la ambivalente naturaleza del hogar: un espacio que puede ser tanto refugio como prisión emocional.


Lejos de limitarse a una visión física de la casa, la exposición se construye como un recorrido simbólico que entrelaza la memoria familiar, el deseo de protección y las tensiones de pertenencia. “El hogar es ese sitio donde creemos estar a salvo, pero también puede convertirse en un lugar que nos marca, nos cohíbe, y a veces, nos atrapa”, explica Rafael. A través del dibujo, el grabado, la cerámica, la fotografía y la intervención en sala, Nené configura una poética visual profundamente introspectiva.


Para el comisario, “la obra de Nené explora con honestidad y sensibilidad las huellas del tiempo, la memoria heredada y la tensión entre el cobijo y el encierro”. Desde esta perspectiva, la artista dialoga con referentes como Louise Bourgeois o Georges Perec, mientras construye su propio lenguaje visual sobre el arraigo, el conflicto íntimo y la huida.


En esta lectura simbólica, la liebre representa la libertad y la fuga frente a las inercias familiares, mientras la niña encarna al espectador, incitado a explorar su mundo interior. “Nené nos invita a ser liebres: a escurrirnos entre la maleza, a no ser presa de la casajaula, a escapar incluso de lo que creemos que somos”, subraya el comisario.


Rafael ha acompañado el proceso de creación de la exposición, aportando una mirada crítica y cercana que refuerza la coherencia conceptual. “La casa puede ser refugio, laberinto o jaula, todo al mismo tiempo”, resume, dando sentido a un proyecto que invita a pensar desde lo íntimo y lo compartido.


La exposición es también una experiencia sensorial: “La cerámica, el dibujo o el libro de artista se presentan aquí no como medios neutros, sino como soportes cargados de memoria, tacto y vulnerabilidad”, añade Rafael. Cada obra se convierte en una habitación habitada por recuerdos, afectos y tensiones.


Nacida en 1997, Nené Rodríguez se formó en Bellas Artes en Madrid y Granada. Su trabajo se ha centrado en la gráfica contemporánea, el dibujo y la investigación en torno a la memoria. Ha participado en residencias artísticas y recibido diversos reconocimientos, como la mención especial José Carralero y su reciente selección en la XI edición de los Premios Mujeres en el Arte Amalia Avia.


El regreso de Nené Rodríguez a Talavera de la Reina añade una capa de sentido especialmente resonante. Gracias al marco del programa Alumbra, que busca dar visibilidad al arte emergente en contexto rural, la muestra convierte a Talavera no sólo en punto de partida biográfico, sino en territorio de reflexión y memoria.

 
 
 

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