La baba - Find God
«Si pudiera escribir tu nombre en la llama de una vela te reclamaría
por las noches te dejaría en mi mesita pasaría la yema de mis dedos hasta quemarme penarme dejaría incendiar mi habitación te haría fuego hoguera te pediría un deseo te daría aire ramas secas de los cipreses
del jardín que eso prende te haría humo te enviaría mensajes de amor te animaría la llama con cartas y fotos nuestras para que las conserves
te contaría mis secretos me dejarías cantarte una canción triste muy bajito te miraría fijamente embobada me haría pis en la cama te pediría
el calor transportaría tu llama al medio del bosque y pasaríamos la
noche las dos.
Las lenguas calientes del fuego con el olor de tus babas
Las lenguas calientes.
tu lengua que quema».
Find God
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por Paula Hernández
A través de los materiales y los objetos repienso fragmentos de mi experiencia personal para explorar el lugar que ocupan el folklore y la tradición religiosa en el proceso madurativo en la enseñanza y cómo se reflejan en el gesto, los actos y la iconografía asumida en el contexto familiar y rural. A su vez, exploro el lugar que ocupa la espiritualidad hoy en día, en personas de mi generación y disidencias, explorando las conexiones entre los dos mundos y buscando una forma de repensar la forma en la que asumimos lo metafísico.
Estos conceptos se materializan a través del vídeo, la documentación de acciones, la instalación, el objeto y el dibujo. Este último abarca el proceso a través de cuadernos, que a su vez construyo y a los que considero también piezas con valor individual.
Asumo estas prácticas, visual y conceptualmente, desde la precariedad, elevando objetos comunes y cotidianos, como lo son el chicle para mascar, los manteles y sábanas que guardan en olor de la casa o el lápiz, entre otros muchos, así como me valgo de mi propio cuerpo delante y detrás de la cámara.
Find God explora también la relación entre madres e hijas, entre hermanas, entre amigas, entre nietas y abuelas. Con esto, construyo una imaginería ñoña y cursi que resalta la herida y las partes nebulosas del contexto femenino de la infancia y en el proceso de crecimiento, atrayendo los dos mundos y entablando diálogos entre pasado y presente.
Texto curatorial de Teresa Ases y Carlos I. Faura
“Mi abuela me pedía el chicle que estaba masticando y lo usaba para reconstruir la figura rota de un Niñito Jesús. Esa mano extendida, en forma de cuenco, fue el primer altar que conocí.”
Con este recuerdo surge Find God, un proyecto que se origina desde la infancia rural y la memoria corporal hacia una liturgia contemporánea configurada a través de la herencia, de lo encontrado y la escritura. Paula Hernández no busca profanar la tradición: la interrumpe con amor. Repite los gestos que hizo su abuela, pero los re-imagina, los reescribe desde su cuerpo y su generación. Los manifiesta aportando un nuevo relato: el de la conciencia, el de la herida, pero, sobre todo, el del deseo de reconciliarse y sanar.
Como Louise Bourgeois en su última etapa con el trabajo de los textiles donde las telas se relacionadas con el cuerpo, la experiencia materna y la intimidad, con Find God Paula rememora esto mismo, pero con el pensamiento en su abuela y su madre; y lo hace también como Tracey Emin a través de sus objetos cotidianos y de lo domestico aparecen reflexiones universales; o como Nicola Costantino, que juega con la iconografía religiosa desde su propio cuerpo. Paula no toma imágenes externas: las crea desde su memoria No edita lo cultural, sino lo personal. Fragmenta su propia historia para reorganizarla como un altar precario y colectivo.
En esta búsqueda la mirada de Paula se ve acompañada de la figura de Roland Barthes muestra una estructura en la composición que articula la forma y contenido de sus piezas desde la comprensión de la cultura como un sistema de signos e iconografía popular. Barthes entendía la cultura popular como una forma de herencia simbólica: una transmisión de mitologías, saberes, hábitos y gestos que, en contextos familiares o populares, se interiorizan sin cuestionar. Paula trabaja justamente desde ese lugar: ella desarma esas transmisiones desde su interior, acaricia sus bordes con afecto y contradicción.
En esta instalación total —que habita la Iglesia de San Miguel como si fuera un cuerpo— la artista convierte cada rincón en un espacio intimo: los pilares se cubren tapices; las capillas contienen objetos familiares; el suelo es testigo de una performance íntima que transforma la vergüenza en acto sagrado. Un video, un poemario y una escritura expandida completan esta práctica viva, que se construye desde lo autobiográfico, lo rural y lo político.
El gesto de la mano que pide el chicle es, en realidad, una forma de transmisión familiar, una pedagogía doméstica de lo afectivo. Paula Hernández transforma ese gesto en un acto escultórico cargado de sentido, un rezo material que condensa la genealogía femenina como archivo vivo. Desde esa acción intima se cifra el nucleo del proyecto: una mística de la ternura donde el cuerpo ofrece lo que ha masticado, lo que ya fue suyo, como señal de amor.
Dentro del proyecto surge como práctica expansiva una escritura no lineal ni cerrada. Es fragmentaria, secreta. Como proponía Hélène Cixous, escribe el cuerpo femenino con el cuerpo, desde la saliva, la leche, la sangre y la risa. Como señalaba Julia Kristeva, lo abyecto es aquello que el cuerpo expulsa, pero no puede dejar de mirar. La baba, el vómito, el recuerdo, el miedo, el deseo: todo eso se encuentra en cada objeto/pieza de este proyecto en la Iglesia de San Miguel.
Find God es una práctica sobre la fragilidad, entendida no como debilidad, sino como senda, como potencia queer. Sara Ahmed nos recuerda que aquello que es frágil no se fractura porque es inútil, sino porque se ha sostenido demasiado tiempo. Aquí, Paula sostiene imágenes heredadas y los vuelve a poner en circulación desde otro lugar.
Y todo esto ocurre en el pueblo.
Porque lo rural no es solo su contexto: es su lengua materna. El pueblo aparece como espacio de conflicto y de cuidados, de vergüenza y de deseo, de espiritualidad perdida y de duelo no ritualizado. Paula descompone el pueblo y lo recompone como un altar, feminista y comunitario. El pueblo es también un espacio onírico: la iglesia como casa, la casa como cuerpo, el cuerpo como archivo.
Con Find God, Paula Hernández busca encontrarse con una mano. Una mano que pide, que cuida, que moldea, que transmite. Una mano que da forma a un nuevo pacto.

¿Cómo fue tu paso por la residencia en Alcaraz?
Desarrollé una profunda admiración por mis compañeras, y un vínculo que no hace sino destacar la necesidad de crear una red de apoyo [...] Tuve también la oportunidad de repensar mi propia tierra, Castilla La Mancha, y todas las problemáticas que la atraviesan, pero sobre todo pude apreciarla y abrazarla como nunca, valorando todos los tesoros que posee y brinda a sus artistas para forjar una identidad poderosa, para así mostrarla y ser, desde nuestras perspectivas individuales, voz de esta tierra.
Soy natural de la Manchuela, y toda mi carrera artística se ha desarrollado dentro de las provincias de Cuenca y Albacete. Empecé desde pequeña a interesarme por formas de expresión artística y todo ello se fue fomentando con los años, gracias al apoyo y la inspiración de mi familia, hasta que decidí, movida por el interés hacia la imagen visual, estudiar Bellas Artes desde una mirada a lo contemporáneo, abierta al panorama actual.
En mi crecimiento como artista destaco un proceso muy bonito, donde grandes amigas y artistas me han influenciado y con las que tengo la suerte de seguir conviviendo y trabajando. En estos años he podido expandir mi lenguaje hacia otras disciplinas y, sobre todo, trabajar entorno al arte conceptual. Actualmente me encuentro obrando desde lo rural y lo disidente, desde los procesos, desde lo cotidiano, desde el recuerdo.
Paula Hernández






