David Gómez: "Estos programas intentan que sucedan cosas en sitios donde no sucede nada. Y más de una vez escuché que en la Mancha no sucede nada, ni bueno, ni malo. Quizá podamos cambiarlo..."

EQUIPO ALUMBRA: ¡Hola David! ¿Nos puedes contar que te gustaría investigar en el programa "Alumbra"?

DAVID GÓMEZ: Son varias cosas y nada, supongo podríamos decir que mi cabeza es demasiado aleatoria como para trazar un plan muy delimitado. Pero eso creo que es lo bonito de la creación y del arte, que no hay que tenerlo. Simplemente, te puedes guiar por un pálpito, por una corazonada o, como diría un alemán, por las tripas.

Pero si tuviera que hacer una apuesta, diría que continuaría reflexionando, divagando, sobre aquello que nos atrae tanto. El arte, ese campo que nos enseña tanto de nosotros mismos como de fuera. Y este será mi material de trabajo en Alumbra, lo de dentro y lo de fuera. Ya sean las influencias de mis experiencias con otras personas o la misma naturaleza como fuente de conocimiento e inspiración poética.

EQUIPO ALUMBRA: ¿Por qué crees que el medio rural y un programa como "Alumbra" pueden ayudarte?

DAVID GÓMEZ: El foco suele estar puesto en las grandes urbes donde hay recursos y dinero, pero también hay

mucho ruido y los tiempos juegan de una forma muy diferente, al igual que las relaciones.

Estos programas intentan que sucedan cosas en sitios donde no sucede nada. Y más de una vez escuché que en la Mancha no sucede nada ni bueno ni malo. Quizá podamos cambiarlo y esperemos que sea lo bueno... También creo que "Alumbra" es una apuesta por lo desconocido, quién no se uniría a un plan así.

EQUIPO ALUMBRA: ¿Nos puedes hablar de tu último trabajo?

DAVID GÓMEZ: Son varios los campos de exploración. Siendo sincero, y en línea temporal, lo último que me hizo coger un pincel fue un encargo. La última obra más personal fue una exploración donde me apropio de la sabiduría popular, donde la naturaleza es el eje vertebrador, buscando esa imagen multievocadora sencilla pero con una lectura de varias capas. Pero, como digo, es un campo de juego más donde la pintura es la protagonista. Así que, de momento, me guardo el derecho a hacerme el interesante, no vaya a ser que decida tapar cuadros y empezar el juego otra vez.

EQUIPO ALUMBRA: ¿Cuáles son tus referentes artísticos?

DAVID GÓMEZ: Esta pregunta es la típica trampa; aún tratando de simplificar y focalizar solo en pintura, seguiría siendo trampa por lo amplia. Si se mira al pasado, tengo mucha admiración por la pintura barroca (Velázquez, Rubens , Tiziano , Sánchez Cotan, El Greco...). Sería una lista interminable. Son tan clichés como fundamentales en nuestra concepción de arte occidental.

Mirando al tiempo actual no es más fácil. Sin duda, en la actualidad habitamos en el tiempo donde mayor cantidad de artistas hay de la historia de la humanidad. Podría citar una cantidad de colegas de un nivel increible y con la suerte de contar con la amistad de más de uno. Insistono quiero salir de nuestras fronteras porque lo haría más difícil. Hay mucho talento en este país, a pesar de las circunstancias.

Pero si dejo de escurrir el bulto vilmente y siendo injusto con una cantidad enorme de artistas y amigos, si querría citar a tres artistas a los que admiro de forma evidente en este país que son Santiago Ydañez, a quien no le tiembla el pulso a la hora de jugar con los pinceles, Alain Urrutia, que siempre tiene una imagen inteligente que ofrecer y por último Miguel Gómez Losada, que sin duda para mí es una de las pinturas con más corazón de este país.

Digamos que quizá sea la pintura con la que siento más familiaridad, pero me sabe mal solo citar a hombres, no por corrección política, sino por calidad artística y profesionalidad. Otros tres nombres: Julia Santa Olalla, Marina Vargas o Silvia Lermo. Chapó por todas ellas.

EQUIPO ALUMBRA: Una recomendación: Puede ser una canción, una peli, un libro, un lugar...o todo.

Otra pregunta difícil, pero esta vez me quedo con un lugar. Uno de mis lugares favoritos en Alemania era siempre el pícnic en los lagos y en verano. El verde de los árboles, el agua dulce, la comida... y si estás con compañía adecuada, a veces las cosas brillan más. Salvo que llueva, entonces pedalearás como si no hubiera mañana.

También es verdad que tanta melancolía alemana viene por los días tan absurdamente calurosos que llevamos, y en otoño, igual cambia esa visión. Pero si alguien ha llegado hasta aquí leyendo y tiene tiempo de sobra en Alemania o un lugar similar, que se lleve un buen libro a un lago y que se regale tiempo